Grupo Financiero Inbursa celebró su 45º. Aniversario en las nuevas instalaciones del Museo Soumaya, en Plaza Carso, Ciudad de México.

Durante el evento de aniversario, en el que estuvieron presentes el gobernador del Banco de México, Dr. Agustín Carstens, y el secretario de Hacienda y Crédito Público, Lic. Ernesto Cordero, así como el presidente del consejo y director general de Grupo Financiero Inbursa,  Lic. Marco Antonio Slim Domit, el Ing. Carlos Slim Helú se refirió a las etapas difíciles por las que ha pasado la economía del país.

El Ing. Slim señaló  “estamos viviendo un momento de cambios importantes, en que los paradigmas son nuevos, en que los países desarrollados habrán de cambiar y corregir, porque tienen problemas crónicos y estructurales de fondo de un estado benefactor que es insostenible y, por otro lado, los países en desarrollo, como México, tenemos un horizonte y una visión de crecimiento y desarrollo y de bienestar muy alto”.

En el caso de México –añadió el Ing. Slim- en diez años romperá de manera importante la barrera del subdesarrollo, se formarán grandes clases medias y habrá una gran actividad que se sustenta además en el bienestar de todos los demás.

 

Palabras del Ing. Carlos Slim Helú en el evento en el que se celebró el 45º. Aniversario de Grupo Financiero Inbursa, el 1 de diciembre de 2010.

Buenas noches a todos.

Les agradezco mucho su presencia, que nos acompañen en este XLV Aniversario de la fundación de Inbursa y a pesar de que Tony mencionó algunas de las crisis, permítanme recorrerlas y describir todas esas etapas difíciles.

Un poco antes, inclusive, de la fundación de Inbursa, pero ya estando activo como un inversionista, tuvimos los problemas del principio de los sesentas, en que después de ciertos movimientos en el país, fuertes, a la entrada del presidente López Mateos, viene lo de Bahía de Cochinos y viene una presión muy importante en la Guerra Fría; se vuelve muy agresivo en el país y es cuando el Gobierno habla de la izquierda atinada, de la extrema izquierda dentro de la Constitución, buscando además, atinadamente, hacer un equilibrio entre las fuerzas que se estaban radicalizando por culpa de esa Guerra Fría.

Es así como 60, 61 y prácticamente todo 62, la situación económica es difícil; afortunadamente teníamos un gran secretario de Hacienda y un gran director de Banco de México y ellos lograron paliar esas presiones, a través de una política económica, monetaria y fiscal muy activa.

Agradezco, hablando del secretario de Hacienda, al licenciado Ernesto Cordero, que nos acompañe, al igual que al ingeniero Genaro García Luna, al gobernador del Banco de México, y a todos ustedes que nos estén acompañando.

En esa época se cambian las cosas que se habían radicalizado mucho dentro de la Guerra Fría, cuando la crisis de los misiles en septiembre del 62 y viene una época, toda la que manejó como secretario de Hacienda, el secretario Ortiz Mena, en el que el país crece al 6.8% anual durante 12 años, con inflaciones cercanas al 2%, creo que fue una de las etapas más dinámicas dentro de los 50 años en que México creció al 6.2% de 1933 a 82.

¿Qué pasa? En esa época empiezan a haber los problemas, vivimos la etapa del 65, 1965 en que después de que el presidente López Mateos acelera el crecimiento del país manteniendo la política fiscal laxa, en que crecemos al 11% pero empieza a haber grandes presiones inflacionarias, llega el presidente Díaz Ordaz y la política la sigue manejando, económica, Ortiz Mena y él modera el crecimiento y tenemos ese año de ajuste en el 65. Después del 70, empiezan los problemas mundiales donde hay una recesión mundial, 70, 71, 72, en que vivimos un momento económico mundial difícil, específicamente para México y más tarde viene la devaluación del 76, que ya entra en el caso solamente nacional, el 31 de agosto del 76, la dificultad para manejar las divisas, los tipos de cambio y todos los instrumentos; las tasas de interés fijas, la liquidez al 9% a la vista, toda la situación que se había manejado atinadamente en los años anteriores.

Ese 76 es un año difícil, muchos de aquí lo recordarán. Me comentaba un amigo y tiene razón, que la mayoría de los que están aquí probablemente no hayan nacido cuando se fundó Inbursa, pero de todas maneras nos da mucho gusto que estén aquí.

Es un año difícil, 76. Después tenemos, empieza el calendario político a estorbar porque tratan de que el año en el que se hacía el destape que estuviera muy fuerte el gobierno, luego la campaña y luego el último año, entonces se mantenían a veces tipos de cambio artificiales, como fue el 76 y 82.

En 82 volvemos a tener una crisis, yo diría que es la más profunda que me ha tocado ver en México por la agudeza y la generalidad, no solamente era financiera y económica sino hubo una crisis de confianza, una confrontación.

También, afortunadamente que no pasó a mayores, despúes los años difíciles de la caída del petróleo en 86, después el error de 87, yo digo que es un error la crisis de 87, porque en 87 México tenía 14 mil 500 millones de reservas, que era más que todos los pesos que había habido y por haber, desgraciadamente se espantó el gobierno, bueno, algunos funcionarios del área económica y monetaria cuando hay una caída de los mercados mundiales que dura una semana, recordarán mucho esa caída de 87 en los mercados, general.

Pero entonces el Banco de México decidió salirse del mercado, retirarse del mercado y luego vino un enorme ajuste en un acuerdo en el que se subió el precio de la gasolina 85%, tuvimos una inflación de 30% del 15 de diciembre al 15 de enero, realmente fue una situación muy, muy difícil, que inclusive políticamente tuvo repercusiones electoralmente y de muchos tipos.

La de 87 digo que es una crisis que no era, no obedecía a razones económicas ni financieras. Luego viene la crisis que más ustedes recuerdan, de 94, de diciembre de 94, que se agudiza en 95 y seguimos en esa forma, en ese contexto, hasta que en diciembre del 96 llama la atención Greenspan. Greenspan habla de la exhuberancia irracional, exhuberancia irracional de los mercados en 96.

Empieza a subir la tasa de interés, es un instrumento que es insuficiente para corregir esa exhuberancia y hay una caída fuerte en marzo del 2000, de los mercados accionarios, viene ligada esa caída, se vuelve y se acentúa en el 2000, en el 2001 y para el 2001 había habido ya una pérdida en los patrimonios de las empresas, sobre todo en los fondos de pensiones, perdón, no de las empresas, sino de las carteras accionarias del orden del 30 al 40%.

Pienso que en base a una situación muy triste, que fue el septiembre 11 y de manera posterior hay unas medidas además para paliar la gran crisis, hay unas medidas de política monetaria y fiscal muy agresivas, que se empieza por cierto en el 2000, decía que en el 2000, por ahí de mayo, la tasa era 6 y medio y la bajan para el 2001, la siguen bajando y anda en el uno y medio por ciento, en el 2003 llega al 1% y viene esa política agresiva fiscal y monetaria, después vienen, como sabemos, la guerra de Irak y la guerra de Afganistán, viene una política muy intensa de Homeland Security, en donde se genera un gran número de empleo y empieza a haber y a manifestarse un gran déficit fiscal y un gran déficit de la balanza comercial de los Estados Unidos.

En mi opinión, esos déficits y esas políticas tan laxas no las frenan cuando la economía americana se recupera en 2003, 2004, 2005 y caemos en el problema del 2008.

Tengo la certidumbre, bueno, la impresión para no ser tan exagerado, de que lo que se inicia en 96 y funciona, lo que se hace público en 96 por parte de Greenspan, el presidente de la Federal Reserve, y que empieza a ocurrir en 2000, 2001, es una crisis más allá de la exhuberancia de los mercados, más allá de las tasas de interés, más allá de muchas otras cosas, es de alguna forma una crisis, en mi opinión, de la civilización industrial, de la sociedad industrial que al cambiar a la sociedad de servicios ha creado y ha dejado unos problemas crónicos, agudos en la economía mundial de los países desarrollados.

Esa política que se inicia después de la Segunda Guerra, del Estado de bienestar general, universal, el Estado benefactor, el Estado omnipotente y omnipresente, el Estado que sigue siguiendo políticas que se vuelven insostenibles, se agota y es lo que seguimos viviendo ahora. Vemos que el déficit de Estados Unidos obedece el comercial, obedece a que ya no producen bienes, entonces tienen un problema de balanza comercial, que ha sido financiado por su principal vendedor, que es China.

Vemos que en Francia tratan de subir la edad de jubilación dos años, vemos que en los presupuestos de médicos de Estados Unidos están yendo hacia el 20% del PIB y vemos un desempleo generalizado y una crisis generalizada, en donde estos países desarrollados no han hecho las correcciones a sus políticas y piensan y manejan, todavía siguen manejando recetas económicas añejas que ya no funcionan con la situación y no corrigen los problemas que traen.

¿Cuáles son los países que están ahora presionados para corregir? Son los países de Europa. Estados Unidos sigue manejando esta política laxa, de tasas negativas sustancialmente, de depreciación agresiva de su moneda, de déficits comerciales y fiscales grandes, muy grandes, de alto desempleo y está provocando presión además en los commodities y eso no importa, si sube quizá el oro, no importa si sube o baja, pero si suben los alimentos puede tener y crear problemas sociales.

Esa política, lo que tienen que hacer, en mi opinión, los Estados Unidos, sobre todo los países desarrollados, aunque se ve que es muy difícil social y políticamente hacerlo, es corregir y cambiar la forma en la que manejan la edad de jubilación, en que se jubilan a los 60 años, cuando ahora las personas viven 85 y seguramente vivirán 90 años los que hoy son jóvenes, en el que la salud se encarece mucho a ciertas edades, en que al dejar de hacer bienes y al dejar de ser industriales van al desempleo, al aumentar mucho la productividad muchas personas no desarrollan nuevas fuentes de trabajo para la nueva sociedad, etcétera; son varios los asuntos.

Es claro que es una primera solución, que participe más el sector privado en la inversión, además siendo esto una nueva civilización y una nueva sociedad tecnológica, global, de competencia, de productividad, de innovación, de flexibilidad, de rapidez en la acción, de ajuste a los cambios, no cabe duda que el que desarrolla esa mejor esa tarea es el sector privado y la sociedad civil. Sin duda, en el futuro habrá más participación de la sociedad civil en muchos de los problemas y mucho más participación de la inversión privada y de la asociación pública privada en la inversión, porque también es claro que con la recaudación fiscal siempre es usual que se vaya a gasto social que a inversión pública. Los recursos de los estados tienen que ir más enfocados a esa área y dejar que la inversión privada permita hacer estas cosas.

Estoy hablando de los países desarrollados, estoy hablando de esa política del estado benefactor que se observa, por ejemplo, más agudamente en Francia, en Francia estábamos viendo que por subir la edad de jubilación, de 60 a 62 años, hubo una gran huelga general, grandes manifestaciones, grandes marchas, grandes presiones, eso se va a seguir viviendo en el momento en el que se quieran hacer esas correcciones.

Por otro lado, ¿qué pasa con los países como México? ¿Qué pasa con los países en desarrollo? Nosotros los países emergentes, en desarrollo, tenemos una posición, yo diría, envidiable, como nunca ha habido en el pasado, cuando menos no la he visto nunca, de oportunidades, lo mencionaba Tony en su discurso, que estas crisis son oportunidades, sin duda, los países sobre todo asiáticos y latinoamericanos, en este contexto es mucho más fácil resolver esos problemas de jubilación, es más fácil resolver ese problema de salud, es más fácil, hablaba del retiro, de la salud y en general de todas aquellas prestaciones que necesita la población.

Por otro lado, aparte de que tiene más capacidad de hacer esos cambios, tiene ahora en esto que estamos viendo un mundo en el que probablemente por un plazo mediano, al menos, aquí obviamente las autoridades saben mucho más que yo de esto, podemos vivir con tasas de interés reducidas, con financiamiento a largo plazo, con tasas bajas a largo plazo, lo que hace posible cualquier financiamiento que hace rentable prácticamente cualquier inversión. Eso es una ventaja.

Otra ventaja es que los rezagos se vuelven pretexto de actividad, no pretextos, se vuelven, al encauzar ese ahorro a la inversión, se vuelven actividad económica y esa actividad genera empleo. Tenemos un gran potencial de invertir en eliminar esos rezagos o reducir esos rezagos con gran actividad económica y con el empleo correspondiente que se genera.

Pero además, en virtud de que mucha de la población está saliendo del autoconsumo y se está integrando al mercado, los precios de los bienes primarios están mejorando. El enfoque en el caso de México, sabemos que tenemos el petróleo, pero también la minería ha sido tan importante en toda la vida, el sector agropecuario será otro sector muy importante de atención mundial.

En resumen diría: que estamos viviendo un momento de cambio, de cambios importantes, en que los paradigmas son nuevos, en que los países desarrollados habrán de cambiar y corregir, porque tienen problemas crónicos y estructurales de fondo de un estado benefactor que es insostenible y, por otro lado, los países en desarrollo, como nosotros en México, tenemos un horizonte y una visión de crecimiento y desarrollo y de bienestar muy alto.

Por último, debo mencionar que los países cuando están logrando avanzar y desarrollarse, como es el caso de México y llegan a cierto nivel de desarrollo o de ingreso per cápita, cuando rompen esa barrera del subdesarrollo, es difícil encontrar un país que habiendo roto la barrera de los diez 10 mil, 12 mil dólares per cápita, sobre todo cuando no está sobrevaluada la moneda, difícilmente regresan al subdesarrollo.

Hoy vemos la crisis en Europa, inclusive en el que España tiene grandes problemas, pero, bajará de 35 mil dólares a 30 mil ó 33 mil. No podemos pensar que ni Grecia, ni Irlanda, ni Francia, ni Portugal regresen al subdesarrollo, o Corea, o Asia, que han roto esos niveles de subdesarrollo, regresen.

Es el caso de México, es el caso de América Latina y soy muy optimista de que en diez años esa barrera, sin duda, la habremos roto. Ahorita andamos en ocho mil 500, pero creo que en estos años vamos a romperla de manera importante; se formarán grandes clases medias y una gran actividad que se sustenta además en el bienestar de todos los demás.

Planteo la preocupación de lo que pase en esos países europeos, que da la impresión de que pueden, si no hacen esos cambios, estar estancados, con graves problemas de desempleo, monetarios, fiscales y comerciales, pero también la gran oportunidad de los países como México para que podamos avanzar y salir de esa etapa que por tantos años, con tantos rezagos, hemos tenido.

Muchas gracias.

 
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