Entrevista que el Ing. Carlos Slim Helú concedíó a la revista Leaders.
Octubre 2012.
Nota del editor:
Carlos Slim Helú estudió ingeniería civil en la Escuela de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde también enseñó álgebra y programación lineal mientras estudiaba la carrera. En 1965, a los 25 años de edad, empezó a sentar los cimientos del Grupo Carso. Desde los años ochenta, Slim ha sido un destacado empresario en varios campos industriales, de bienes raíces y comerciales. Actualmente es el Presidente de la Junta de Directores de Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina, S.A. de C.V (IDEAL); Presidente de Fundación Telmex, A.C.; Presidente de la Fundación Carlos Slim Helú, A.C.; Presidente del Comité Ejecutivo del Consejo Consultivo de la Restauración del Centro Histórico y Presidente de la Fundación del Centro Histórico, A.C. Slim continúa activo en los negocios, aunque su trabajo se enfoca principalmente en educación, salud y empleo en México y América Latina a través de las fundaciones que preside y las empresas de infraestructura. Sus tres hijos han tomado las riendas de sus negocios. Slim ha impartido conferencias en instituciones públicas y privadas, así como en organizaciones internacionales como la Comisión Económica para América Latina (ECLA). Fue el primer presidente de la junta directiva del Comité Latinoamericano de la junta de directores de la Bolsa de Valores de Nueva York. En diciembre de 2008, Slim fue designado miembro de la Junta Ejecutiva de la Corporación de Investigación y Desarrollo.
Resumen de la compañía.
Grupo Carso (www.gcarso.com.mx) tiene operaciones en industria pesada, servicios, comercio al menudeo y de consumo a través de CICSA, Condumex, Hoteles Calinda (ahora OSTAR Grupo Hotelero), Nacobre, Sears, Sanborns y Promotora Musical. Actualmente Grupo Carso aglutina las siguientes compañías tenedoras: América Móvil, Grupo Financiero Inbursa, Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina (IDEAL), Inmuebles Cars y Minera Frisco.
Resumen de la Fundación.
La Fundación Carlos Slim (www.carlosslim.com) fue creada en 1986. Con fuertes programas de alto impacto social enfocados en la población más vulnerable, la fundación ha beneficiado directamente a más de 29.7 millones de personas. Su foco comprende las siguientes áreas: educación, salud, nutrición, justicia social, cultura, desarrollo humano, ayuda humanitaria ante desastres naturales, desarrollo económico, protección y conservación del ambiente y ayuda para América Latina y naciones hermanas, así como para instituciones públicas y privadas.
A la luz de los desafíos económicos, ¿es tiempo de oportunidades o su visión es más reservada?
Tenemos una visión de largo plazo, recursos y una compañía saludable, así que siempre hay oportunidades para aprovechar en tiempos difíciles.
Ante los problemas actuales en muchos países desarrollados, el sector privado buscará posibilidades de inversión.
Respecto de lo que está pasando en Europa y Estados Unidos, con grandes déficits fiscales, mucho desempleo y falta de actividad económica, los gobiernos necesitan abrir paso a los inversionistas privados que pueden crear actividad económica y los empleos que los países necesitan.
La actividad económica para la comunidad empresarial es significativa, especialmente con tasas de interés tan bajas. El sector privado puede crear muchos proyectos con las mejores utilidades. Con los bajos costos de financiamiento y la existencia de recursos sustantivos en el sistema bancario, se requiere una visión económica de largo plazo en muchos países.
¿Hay comprensión de las oportunidades de inversión extranjera en México?
Mucha gente se enfoca en los BRICs sin ver todo el panorama. Un país como México tiene fuerte potencial y hemos visto mucha inversión nacional.
México tiene un sistema bancario y una macroeconomía saludables, además de una buena reserva de fuerza de trabajo –nuestra gente ha probado que puede trabajar duro y eficientemente en todos los sectores económicos.
Así que tenemos todas las condiciones deseables de un lugar atractivo para la inversión nacional e internacional.
Los países que necesitan crecer significativamente requieren inversiones equivalentes al 25-30 por ciento del producto interno bruto. En general, la inversión extranjera no supera el 10-15 por ciento.
Pero la inversión extranjera directa en México ha sido muy activa en los años recientes, así que el potencial de más inversión en el futuro inmediato es grande.
Respecto de sus negocios ¿considera que el crecimiento viene principalmente de México o de otros mercados internacionales?
Tenemos fuerte crecimiento en México. En el negocio minero hay muchas compañías canadienses y mexicanas. Tenemos que invertir alrededor de 70 mil u 80 mil millones de dólares en infraestructura cada año. Esto creará muchas oportunidades.
También hay mucho crecimiento potencial en vivienda y bienes raíces. México es un lugar con millones de personas con gran potencial de crecimiento y desarrollo en muchas áreas.
¿El gobierno trabaja estrechamente con el sector privado para fomentar la actividad económica positiva?
Sí. México ha promulgado una nueva ley de asociaciones público/privadas que ha resultado muy exitosa. Muchas inversiones han ido en esa dirección en los últimos diez años, y cada vez con más intensidad. En el futuro habrá aun más crecimiento por este tipo de inversión.
La asociación público/privada es la mejor manera de usar la inversión privada en todas las áreas de servicios públicos.
En relación con estos temas, ¿cuál es el papel del sector público?
La única manera en que el sector público puede corregir un déficit fiscal es aumentando sus ingresos o disminuyendo sus gastos.
Para aumentar los ingresos puedes aumentar impuestos, lo cual es duro para la gente porque los impuestos ya son altos. Aumentos adicionales presionarían a la sociedad.
Una parte de la solución es vender activos e invitar al sector privado a hacer las inversiones necesarias para aumentar la actividad económica del país.
En esta sociedad tecnológica, con sus niveles de libertad, diversidad y moralidad, la sociedad civil es muy importante. Hay muchas cosas por realizar, no sólo por los empresarios, sino también por los inversionistas. Ellos lo harán mejor y más eficientemente que los gobiernos, los cuales a menudo gastan al extremo y resultan solventes.
Usted es conocido como una de las personas más filantrópicas del mundo. ¿De dónde proviene su dedicación?
Proviene de la idea de mi padre de que al morir no nos llevamos nada. Él consideraba que somos administradores temporales de nuestros negocios. Trabajamos para reinvertir porque la experiencia del empresario es muy importante para resolver problemas sociales.
En 1986 creamos una fundación que canalizara nuestras actividades filantrópicas. Es claro que podemos y debemos hacer muchas cosas más. No lo veo como opción, sino como responsabilidad social.
Con tantas necesidades ¿cómo elige las áreas a apoyar?
Nuestro foco es salud y educación. Hace muchos años, cuando analizábamos lo que debíamos hacer, decidimos empezar con la nutrición y la salud de mujeres embarazadas. Nos propusimos reducir la mortalidad materna e infantil, asegurando que el niño naciera en las mejores condiciones posibles. Hay muchos desórdenes de salud a largo plazo que pueden ser prevenidos con nacimientos saludables.
La nutrición del recién nacido en los dos primeros años de vida también es nuestro foco, por ser un período crucial para su desarrollo.
En aquel entonces hablé con el Presidente Ernesto Zedillo y le informé que estábamos trabajando con un hospital infantil público para crear programas de nutrición en dos ciudades. Estos programas aumentan el peso al nacer en 15 por ciento. El presidente Zedillo adoptó el programa como política pública en 1996.
En educación necesitamos pasar de los métodos tradicionales a los del siglo 21, usando la tecnología de hoy. Estamos trabajando con la Academia Khan para calcular cómo dar educación libre a todos en México, sin importar su lugar de residencia.
La Academia Khan ofrece muchos programas que queremos traducir al español. También estamos trabajando para crear nuevos programas, no sólo con propósitos académicos, sino de capacitación laboral. Estamos enfocados en crear los puestos de trabajo con demanda de educación para los próximos diez años, en los conjuntos de habilidades requeridas en tecnologías de la información, turismo, cuidado de salud y educación. Algunos de esos programas pueden ser tomados de otros países de América Latina o de cualquier otro lugar.
En esto podemos tener impacto nacional. Hace unos cuantos años desarrollamos las bibliotecas digitales. En vez de prestar libros, prestamos laptops, en vez de acudir a una biblioteca a leer, se da acceso a navegación en internet. Tenemos establecimientos con acceso a internet de alta velocidad y préstamo de laptops y PCs por 15 días en casa.
También tenemos aulas digitales. Mediante este trabajo podemos dar acceso universal a la educación y a internet a mucha gente.
En cuidado a la salud estamos tratando de innovar. Los últimos cinco años de vida de las personas absorben el 80 por ciento de su costo de salud total. Necesitamos encontrar soluciones, las cuales creemos que dependen de la genómica, así que estamos haciendo investigación básica en este campo.
En las escuelas hay muchos alumnos que no pueden ver el pizarrón negro, condición que a menudo no es reconocida. Para ellos tenemos el programa de anteojos llamado “Ver para aprender”.
Otro asunto que nos concierne es la contaminación en las viviendas rurales –familias cocinando a flama abierta con madera en el mismo espacio donde duermen, con gases y contaminantes peligrosos. Sostenemos un programa llamado Hogar Saludable para enseñar a la gente a construir mejores estufas con escape de gas hacia afuera del hogar.
Desarrollamos también la llamada Cirugía Extramuros, con la que proveemos cirugía a pacientes de áreas rurales sin acceso al hospital tradicional. Trabajamos con la Academia Mexicana de Cirugía; sus miembros dan tiempo gratis, enseñan a sus colegas en áreas rurales y, con el apoyo del centro de salud público, nos ocupamos de que las cosas sucedan. El programa realiza 15 mil cirugías al año en México actualmente. Apoyamos el mismo programa en Perú con la Iniciativa Global Clinton y nos hemos comprometido a hacer 50 mil cirugías anuales en los próximos tres años. En los dos primeros años hicimos más de 40 mil.
Siempre estamos en pos de programas de impacto nacional y evitamos duplicar actividades emprendidas por otros.
Por ejemplo, tenemos un museo de arte accesible sin costo para el goce de la gente y las familias de todos los estratos. Hemos tenido ya 1.2 millones de visitantes.
No ponemos límites a los programas que impulsamos. Nuestro enfoque es que todo lo que podamos hacer será hecho.
Tenemos otro programa, Ayúdame a Llegar, para los estudiantes rurales que tardan hasta dos horas en llegar a sus escuelas. Con las bicicletas que les proveemos pueden llegar en 20 minutos.
Los impactos son grandes, pero lleva tiempo ver resultados. ¿Es difícil ser paciente?
Nos movemos rápido, pero apenas cubrimos alrededor del 25 por ciento de nuestro potencial, así que podemos hacer más.
Los hombres de negocios tenemos la responsabilidad que viene con la riqueza. Debemos crear empleos y pagar los impuestos.
La erradicación de la pobreza es una necesidad económica y moral. Necesitamos ayudar a la gente a salir de la pobreza, capacitarla, educarla y ponerla en el mercado de trabajo, y así se mejorarán la economía y la sociedad.
Debemos reconocer que el bienestar del otro es bueno para todos. En los últimos 15 años, además de mis actividades filantrópicas, también he trabajado en actividades que crean empleos.
Con todos sus éxitos ¿ha experimentado tiempos difíciles también?
En realidad los he considerado buenos a lo largo del tiempo porque el crecimiento da más oportunidades, incluyendo la participación privada. La actividad económica es mayor con la globalización y apenas empezamos a encontrar las oportunidades mundiales que están emergiendo. No hay límite en lo que viene.
¿Qué influencia tuvo su padre en su vida?
Mi padre fue una persona especial. Llegó a México en 1902, cuando apenas tenía 14 años. Trabajó muy duro y fue muy exitoso.
Nos daba trabajo a mis dos hermanos y a mí, así que también nos enseñaba. Abrió una tienda con el objetivo principal de enseñarnos a trabajar.
¿Le interesa el reconocimiento que recibe en varias listas, como la de individuos más ricos?
Para nada. Uno puede tener riqueza por ser dueño de una compañía de gran valor o por tener grandes inversiones. Hay diferencia entre el inversionista y el empresario. El empresario crea; el inversionista invierte pasivamente.
En todas las grandes compañías hay empresarios, inversionistas y el CEO –estos tres constituyen el negocio. En los negocios pequeños y medianos, el inversionista, el empresario y el CEO son a menudo la misma persona.
Lo que debemos hacer es administrar nuestros negocios y crear riqueza. Además de esto, debemos trabajar en la solución de problemas sociales. Es importante que nuestros talentos y experiencia sean utilizados en resolver problemas sociales porque tenemos la capacidad de trabajar efectivamente con capital humano y financiero en ambientes complicados y condiciones diversas. Cuando ponemos nuestro conocimiento y experiencia a trabajar sobre problemas sociales podemos encontrar soluciones.
Creo que filantropía es algo más que firmar un cheque. Es dar tu tiempo, conocimiento, compromiso y dedicación. La Madre Teresa dio su vida por los otros –las personas como ella son los verdaderos filántropos.
La comunidad de negocios debe involucrarse, no sólo en términos de donaciones monetarias, sino aportando soluciones. Se trata de pensar en los problemas y dar tu tiempo y talento para encontrar soluciones. No lo veo como tarea de “think tank”, sino como de tanque en acción.
¿Piensa en lo mucho que ha logrado?
Mi reto en la vida no es sólo crear negocios más grandes; es también ayudar al desarrollo de mi país.
Un ejemplo de solución a un problema local es nuestro programa Justicia Social, que tiene ya 18 años. Sacamos de la cárcel gente que está ahí principalmente por ser pobre, no porque haya cometido un crimen. Con una pequeña cantidad de dinero pueden salir de la cárcel.
Hace varios años le recordé a un político que el 20 por ciento de los encarcelados son inocentes. Este es un gran problema social. En la cárcel, esas personas están en la “universidad” del crimen. Tenerlas ahí no sólo es costoso para el estado, sino que salen sabiendo más sobre delincuencia y quedan atrapadas en un círculo vicioso.
Así que nosotros proveemos el pago de fianzas al gobierno para liberar a esos desafortunados, los que a menudo son indígenas.
La diferencia con Estados Unidos en este asunto es que el proceso en México es realizado con el acusado en prisión. En Estados Unidos los acusados son juzgados y sentenciados antes de ir a prisión.
Con nuestro programa Justicia Social ponemos fuera de la cárcel a ocho mil personas cada año. Cada liberación cuesta solo ocho dólares por un acuerdo que hicimos con una compañía afianzadora. Además, la sentencia requiere una cuota de 500 pesos del acusado. Por supuesto, éste tiene condiciones: que sea primo-delincuente y que la acusación sea por delito no violento.
¿Está en su naturaleza bajar la velocidad?
En mi opinión estamos haciendo el 25 por ciento de lo que podemos. Quizá cuando hagamos el 95 por ciento la bajaré. Pero el ingreso per cápita promedio en mi país es de apenas 10 mil dólares anuales, así que tenemos mucha gente pobre y no hemos creado la clase media que necesitamos. Hay mucha gente sin educación.
La tecnología ha cambiado las cosas ahora. Cuando el trabajo era principalmente físico, el trabajador necesitaba retirarse a los 65 años. Ahora, con el desarrollo tecnológico, la gente puede seguir trabajando y utilizar su conocimiento y experiencia sin límite de edad.
En mi caso, mi trabajo consiste en pensar en los problemas y asuntos y encontrar soluciones.
Vivimos en un mundo transformado. La sociedad se mueve ahora a la velocidad de Internet. La tecnología puede aumentar la velocidad del cambio.
Cuando la economía cae, el gran problema es que la gente se queda sin empleo y así sin esperanza. No puede ver el fin del estado de cosas y es incapaz de hacer los cambios necesarios. Los gobiernos de los países desarrollados están ahora reduciendo el gasto y aumentando los impuestos, lo que disminuye la actividad económica.
Si tuviéramos una visión de largo plazo, los gobiernos crearían superávits presupuestales cuando la economía marche bien, de modo que puedan gastar cuando las condiciones sean difíciles y así mejorar la economía. Tal es el balance que necesitamos.
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