El Ing. Carlos Slim firmó como testigo de honor el Compromiso con la Libertad de Expresión, México 2009, convocado por la Fundación para la Libertad de Expresión, A.C. (Fundalex). El evento contó con la participación de representantes de los medios de comunicación y especialistas e investigadores en diferentes disciplinas.
17 de Agosto de 2009. Ciudad de México.
Durante el evento organizado en el Museo Nacional de Antropología para la firma del acuerdo, el Ing. Slim, señaló que "es claro que con libertad de expresión responsable, comprometida y universal funciona la nueva civilización", lo anterior lo destacó al referirse a la sociedad de servicios que actualmente vivimos y después de hacer un recorrido por las diferentes etapas que ha vivido la humanidad a lo largo de su historia.
"Lo importante de esta nueva civilización -destacó- es que se sustenta en el bienestar de los demás" y subrayó "la inversión social, porque no es un gasto público, es una inversión, tiene que ver con la nutrición, la educación y establecer una posible red social de bienestar mínimo, con un gasto corriente reducido y una gran inversión pública y privada que retroalimente el crecimiento. Ese crecimiento es en el que se sustenta esta nueva sociedad".
Por su parte, el Presidente de la Fundalex, Armando Prida Huerta, expresó que no hay libertad sin responsabilidad, cuando la libertad de expresión muere el silencio habla.
Entre los principios a impulsar mediante este compromiso internacional, esencialmente con participantes de Iberoamérica, se encuentran la garantía de la libertad de expresión; las salvaguardas de esta libertad; el pluralismo y la diversidad; el derecho de acceso a la información; la educación en libertad; aspectos que involucran a los medios de comunicación, privados y públicos, y las nuevas tecnologías, entre otros.
El Compromiso con la Libertad de Expresión, México 2009, consta de 19 principios y los firmantes asumieron realizar los esfuerzos, las acciones y actividades tendientes a cumplirlos.
Palabras del Ing. Carlos Slim durante la firma del documento: Compromiso con la Libertad de Expresión, México 2009, en el Museo Nacional de Antropología, el 17 de Agosto de 2009..
Buenos días. Agradezco al Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Expresión su invitación y aprovecho la oportunidad para tratar de describir esta nueva civilización y sus nuevos paradigmas.
Esta avanzada etapa que se inició recientemente, gracias a los notables avances de la ciencia y la tecnología, con un acelerado aumento en la productividad permite cada vez producir más, mejores y nuevos bienes y servicios en menor tiempo a menor costo, de manera masiva. Se crea así, más y más fácil riqueza, con nuevas oportunidades de más y mejores empleos e ingresos.
Los paradigmas de estas sociedades y de esta nueva civilización son: la libertad, la democracia, la pluralidad, la diversidad, la creatividad, la división de poderes, los derechos humanos, el cuidado del medio ambiente, la rendición de cuentas, la movilidad social, la formación de capital humano con educación superior y educación digital, el bienestar social, el conocimiento, la globalización, la competencia, la tecnología.
A diferencia de esta civilización, de esta era que estamos viviendo, inician las sociedades humanas, nuestros antepasados, quizá durante dos o tres millones de años, sus actividades, con una forma de vida muy incipiente, muy difícil; semejante, diría, aunque suene un poco fuerte, a la vida animal.
En grupos de 40, 50 personas que se movilizaban por todos lados, buscando recolectar y cazar, inclusive hasta se habla de algunas teorías de carroñeros, durante muchos años fue esa la forma en la que se vivió. Todavía hoy, hay muchas sociedades, pequeñas, en el Amazonas, en África, en otros lugares donde siguen en una etapa de desarrollo semejante.
Pero fue el desarrollo, los descubrimientos, la tecnología, ir encontrando, avanzando tecnológicamente, desde las piedras que usaban, piedras trabajadas que usaban como armas o para cortar o para diversas cosas, hasta más avances posteriores.
Cuando se acaba la última glaciación hace diez mil años, se habla de que había ocho o diez millones de personas, en grupos de 40, 50, eran pequeños grupos y empiezan a encontrar abundancia de agua, de flora, de fauna, paraísos terrenales, se vuelven sedentarios y empieza la agricultura.
Menciono todo esto, porque los paradigmas de esa sociedad agrícola, son totalmente opuestos a los paradigmas actuales, 180 grados.
En todas las sociedades agrícolas, las conocemos nosotros, todavía existen, de alguna forma, en varios lados, el poder era monolítico, el emperador, faraón, tlatoani o rey o monarca, descendía de la divinidad, reunía el poder político, religioso, militar y económico; había inmovilidad social, falta total de libertad.
Inclusive después de que la imprenta aparece, se retrasa su uso masivo muchos años, muchos siglos diría yo, porque se buscaba que la gente no se educara, que se mantuviera en su misma situación precaria, que viviera en esa forma; y esta era una costumbre. Era una de las características de esa sociedad agrícola para que esta funcionara.
La producción, la economía prácticamente era de suma cero, había buenos climas o malos climas, pero se buscaba un trabajo intensivo y un consumo bajo, había esclavitud, guerras de conquista, etc.
En esta sociedad, hay también grandes avances tecnológicos: el riego, el arado, el molino de viento, el bronce, luego el acero, por supuesto antes la escritura; pero es notable que después de tres o cuatro millones de años, apenas hace unos seis mil, quizás un poco más, se inicie la civilización, que nos ha traído a esta etapa avanzada.
Pasamos de una sociedad de sobrevivencia, primero de recolección y caza, luego a la agrícola, que es más rica por la abundancia de agua y bienes; después a la industrial, y ahora a esta sociedad de servicios.
Digo esto porque es importante subrayar que en esas sociedades agrícolas, con un poder monolítico, con inmovilidad social y una falta total de libertad, había una gran cantidad de esclavos, se conquistaban otras tierras para ponerlas a explotar, explotar a la gente, cobrar tributos, lo sabemos desde los aztecas o los incas, al imperio romano o cualquier otro tipo de imperio de la antigüedad.
Esta situación, que durante muchos años existió, era sin duda, una sociedad en la que se explotaba a la tierra y al hombre; había estas guerras de conquista, sin embargo, también ahí había grandes avances tecnológicos; grandes avances, sería difícil decir cuáles son importantes. Hay evolución de la sociedad.
Hay épocas brillantes, como la Edad de Oro griega, que da grandes avances al arte, a la filosofía, a la ciencia; inclusive con Aristóteles y con muchos otros, ha habido grandes etapas luminosas, el Renacimiento. Los desarrollos que ha tenido la humanidad durante esa sociedad agrícola desde hace dos mil 500 años, quizás tres mil, han sido formidables.
También podemos hablar en esa época de una globalización. La globalización que se da cuando se descubre la navegación. Todo el Mediterráneo se globaliza y eso permite la globalización, el transporte a distancias mayores, que evolucionemos mucho más rápido porque aprendemos de los otros, absorbemos lo que ellos hacen y vamos enriqueciendo y avanzando en esta civilización a pasos enormes.
Ya para el siglo XIX viene el cambio de la vela y de la comunicación por vela, del caballo al motor de vapor, ya vienen los ferrocarriles, son avances: Luego vienen otros cambios; y todos esos avances tecnológicos de la civilización, obviamente que tienen que traer repercusiones económicas, sociales y políticas, pero todavía se mantiene una situación muy difícil en cuanto al poder que no cede en cuanto a la libertad.
Lo que estamos viendo todavía hoy en algunos países, donde se carece de una manera completa de esta libertad, se maneja todavía con condiciones como de una sociedad agrícola, ni siquiera de una sociedad industrial.
De esos ocho o diez millones de habitantes en la sociedad agrícola, llegamos casi hasta los mil millones de habitantes, cuando empieza la sociedad industrial.
Y esta sociedad industrial, al igual que hoy esta sociedad de servicios, viene de una evolución lenta a una especie de mutación, un cambio violento que implica cambios de los paradigmas y, bueno, yo estoy convencido que aunque la conducción de los cambios se ha realizado, desgraciadamente, no sé cómo llamarla, por no decirle mala, pero yo creo que mala sería la palabra. Hemos sufrido en esa transición de la sociedad agrícola a la industrial.
El siglo XIX, lo conocemos todos, el XX, la sociedad postindustrial también, sufrimos guerras terribles, experimentos políticos, sociales, económicos, de explotación y, sobre todo, en todos ellos se ve de una manera generalizada en el mundo, una falta de libertad, una falta de libertad que se va ganando poco a poco y va provocando el cambio de estos paradigmas.
En la actualidad, en que estamos ya entrando en esta nueva sociedad, quizás en la industrial crecimos de mil a cinco mil millones de habitantes, en esta nueva civilización de servicios, que se inicia en los países desarrollados probablemente en los 50 después de la Guerra, y más notable en los 60, ya la mayoría de la población se dedica a los servicios, trabaja en el sector servicios.
Viene esa gran transformación en la forma de trabajo, en la forma de la producción, en el desarrollo tecnológico, ya se busca, no la fuerza física sino el conocimiento, la educación, la capacitación. Las universidades desde hace muchos años son un vehículo de transformación y de movilidad social.
Empieza a haber grandes cambios, gracias sobre todo, a la educación, pero también a esa mayor libertad que se va ganando y que, durante el siglo XX empieza a ser una de las grandes banderas de la humanidad y que va avanzando.
Esto es lo que estamos viviendo, lo que vamos a vivir. Estamos también en la crisis del cambio y habrá más problemas en muchos lugares, pero la maravilla de esta nueva sociedad es que, a pesar de la paradoja de que se crea más fácil la riqueza y vivimos quizás con más o igual pobreza, a pesar de que se trata de trabajar en esa dirección, combatiendo la ignorancia, buscando la salud, desarrollando la educación, lo importante de esta nueva civilización es que se sustenta en el bienestar de los demás.
O sea, entre mejor estén los demás, entre más se incorporen a la modernidad, mejor funcionan las cosas; y lo hemos visto, como cientos de millones de personas han salido de la pobreza, principalmente en China, en India, en Brasil y en otros muchos países.
Quiero subrayar que la inversión social, porque no es un gasto público, es una inversión, que tiene que ver con la nutrición, la educación y establecer una posible red social de bienestar mínimo, con un gasto corriente reducido y una gran inversión pública y privada que retroalimente el crecimiento; esto es lo que estamos hablando, que ese crecimiento es en el que se sustenta esta nueva sociedad.
Y volviendo a los paradigmas de esta nueva civilización de servicios, quiero subrayar, la democracia, la pluralidad, la diversidad, la creatividad, el conocimiento, los derechos humanos, la rendición de cuentas, que lo que es claro de esta nueva sociedad, que sólo en libertad y con libertad de expresión responsable, comprometida y universal, funcionan estas nuevas civilizaciones.
Muchas gracias
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