Conferencia del expresidente de la República de Chile, Ricardo Lagos, titulada "Atlántico y Pacífico. ¿Qué significa China hoy?
México, D.F., 26 de julio de 2012.
Presentador: Bienvenidos señoras y señores, a la XVIII Reunión Plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo.
Para iniciar las actividades de estos dos días que continúan en adelante, tenemos no solo a uno de nuestros más grandes políticos latinoamericanos, sino también de nuestros pensadores y visionarios más ilustres y destacados, el doctor Ricardo Lagos fue, y no agrego más a su currículo con esto, Presidente de Chile, de 2000 a 2006.
Muchas gracias por acompañarnos doctor Lagos.
Ricardo Lagos: Estimados amigos, amigas. Quisiera, en primer lugar, señalar que hemos tenido un inicio de jornada espléndido con las tres intervenciones. Y Julio María que le gusta tener miradas de largo plazo, me invitó a decir algunas palabras sobre Atlántico y Pacífico.
¿Qué significa China hoy?
Y claro, todos hablamos de China, pero tal vez desde nuestra perspectiva de China, nuestra perspectiva occidental, si ustedes me permiten usar esa palabra.
Lo que ocurre, creo yo, es que hay dos hechos en la historia de nuestro planeta que van a ocurrir por primera vez, no será primera vez que imperios suben, tienen auge y caen. Es normal.
Lo que no es normal es que por primera vez lo que tenemos es que se va de un país continente: Estados Unidos, hacia otro país continente: China. Y para qué decirlo en el otro aspecto, nunca en el mundo moderno se había pasado de un país expresión de valores, de miradas, de una civilización a otra civilización.
Esto, entonces, hace que lo que tengamos sea un cambio muy distinto. Y tal vez sería útil mirar un poco más atrás en la historia y me he permitido para compartir con ustedes dos pequeñas láminas, que no sé si las pueden proyectar.
En esta lámina, lo que hemos buscado es cuál era la participación de China y de India en los últimos dos mil años de historia, con todo lo que es de relativo estas grandes cifras, y Europa, ¿cuál era el rol de Europa?
Y como ustedes pueden ver ahí, prácticamente desde el año uno, si me permiten, en los primeros mil años tenemos la India como la principal potencia económica del mundo, seguido de China y muy abajo Europa a la caída del imperio romano.
Y esto entonces se mantiene hasta los mil años y a partir del año 1000 y hasta el 1700 más o menos continúa ahora la supremacía China, por sobre la supremacía de India, pero Europa viene todavía bastante atrás.
Y por lo tanto, la forma de mirar de los amigos chinos es simplemente percibir que hasta el año 1750 de nuestra era ellos eran porcentualmente la mayor potencia económica del mundo, lo único claro está que nuestros antepasados europeos no sabían que había ese poderío económico al otro lado.
Por lo tanto, lo que nosotros estamos acostumbrados a conocer, el primer mundo para los chinos tiene apenas 200 y tantos años y ellos estaban acostumbrados a ser el primer mundo durante más de mil 700 años.
Digo esto porque entonces las perspectivas con que vemos lo uno y lo otro son absolutamente distintas.
Y si me permiten la segunda lámina para compartir con ustedes, aquí es una situación interesante: El producto bruto de Estados Unidos siempre es 100, es 100; el 2007, cuando el producto de Europa es 130 más, menos y luego viene Japón, y ustedes ven en rojo China, y creo que no alcanza el 5 por ciento, y luego entonces América Latina y otros menores.
Sin embargo, cuando el 2050 decimos que Estados Unidos sigue siendo 100, ya el producto bruto de China es un 30 por ciento más grande que el producto bruto de Estados Unidos, claro le faltará todavía un poco para alcanzarlo en términos per cápita.
Pero por supuesto que estas cifras se dan en 2050, otros dicen que estas cifras se van alcanzar mucho antes que el 2050.
¿Qué significa China hoy?
Para los chinos estamos viviendo un proceso de vuelta a la normalidad, cuando nosotros, chinos, somos la potencia económica número uno y de más atrás India.
Para nosotros, formados en la visión occidental, es un cambio al cual no estábamos acostumbrados.
Lo segundo que quisiera decir, como introducción, es que desde el punto de vista de China tiene mucho sentido hablar China y el Pacífico, pero cuando me plantean a mí que hable del Atlántico y del Pacífico, ¿qué significa China hoy? El problema es que pienso que para China el Atlántico tiene una poca significación, porque el atlántico, como océano tiene poco que ver con China.
Otra cosa es que mirando al Atlántico ante Europa y el África más abajo, y mirando al otro lado del Atlántico que está Estados Unidos, Canadá, América Latina.
Si entendemos por Atlántico Europa, entonces excúsenme cuatro observaciones muy directas y telegráficas:
China y Europa en lo político es un punto de inflexión Tiananmen y derechos humanos, para ir directo.
Y consecuencias de esto las restricciones europeas de darle acceso a determinadas tecnologías vinculadas a defensa a China.
¿Cuánto durará? Está por verse.
En lo económico es una relación muy, pero muy intensa. Muy intensa como que ya Europa convino en darle y reconocerle a China categoría de economía de mercado con todo lo que ello implica, y en el inter eso se concederá en el año 2016 y en el inter tanto, China muestra su musculatura.
¿Y cómo la muestra? Cuando el primer ministro va a una visita por las capitales europeas y les dice: “No se preocupen, estamos tan preocupados como ustedes del euro y tendrán ustedes nuestro apoyo”.
Por cierto, nuestro apoyo sería más rápido si ustedes aceleran el 2016 de entrada en vigencia de economía de mercado y lo adelantan un par de años, seríamos más comprensivos a nuestro rol. Pero lo importante es que es una relación de iguales.
Hay un tercer ámbito y ese tercer ámbito, lo recordaba con mucha razón el Presidente Calderón, es el ámbito ambiental, cambio climático, etcétera.
Y aquí yo creo que hay un punto de inflexión de la otra China que emerge, porque siendo ellos hoy el primer país productor de bienes de capital vinculado a energía renovable no convencionales, más del 50 por ciento de todo lo que tiene que ver con energía eólica y solar se produce hoy en China, buena parte de ello con tecnología importada.
Pero el Partido Comunista Chino está decidido que ellos serán, tecnológicamente hablando la potencia número uno en estas tecnologías.
Y por lo tanto, el que ahora en los últimos tres años el país que tiene más rápido crecimiento en inscripción de patentes: China, ¿y dónde? En este ámbito.
Si ya tienen más del 50 por ciento de la producción mundial en este ámbito, es obvio que van a tener la tecnología más avanzada de aquí a unos años.
Y esto es otra, es otra China que emerge, otra China que tiene en un botón de muestra: Tianjín, la ciudad que está a 140 kilómetros de Beijing, que es entera verde, entera, y usted puede llegar de Beijing a Tianjín en 25 minutos en un tren bala que no contamina.
Todos los edificios son verdes, es una ciudad pequeña, sólo seis millones de habitantes y, por lo tanto, la tienen como muestra de lo que ellos quieren hacer de China más adelante.
Sin embargo, me parece a mí que lo más interesante se da en el cuarto ámbito en la relación China-Europa, y es el ámbito cultural.
Sí, yo sé, un intercambio cultural intenso entre estas dos civilizaciones, pero no creen ustedes que es otra forma de mirar del punto de vista cultural cuando tres oficiales del ejército chino están dedicados exclusivamente a aprender griego antiguo, no el de ahora, no; el antiguo para poder entender en su idioma a Platón o a Aristóteles, y entender en qué consiste la civilización “occidental” y, de paso, cuál es la filosofía.
Y hacen unos simposios, seminarios, sobre Confucio, por una parte, Sócrates, Platón y Aristóteles por la otra, con los principales expertos en Estados Unidos y en China, anualmente.
Aquí hay un tema muy profundo, porque ellos entienden que el choque de civilizaciones, en último término, es Confucio y Sócrates, para ponerlo en dos palabras, y esto sí es nuevo; dicho sea de paso, ustedes saben que Confucio muere nueve años antes que Sócrates; sólo por nueve años estos dos filósofos de partes tan distintas del mundo, no coincidieron en este planeta.
El tema, sin embargo, que preocupa a todos, más que la relación Estados Unidos-China-Europa es China-Estados Unidos, y es aquí en donde me parece tan importante entender cuál es la institucionalidad que hoy tenemos en la Cuenca del Pacífico, donde estos dos actores, dos países continente, expresiones de dos civilizaciones tan distintas, o se entienden o se enfrentan.
Y todos sabemos que en lo institucional, tal vez el Foro Económico del Asia Pacífico, conocido como APEC, estas 21 economías es talvez el elemento central donde se produce este debate hoy, y todos sabemos el pragmatismo con que se abordó este foro.
Para no discutir qué hacemos con Taiwán o qué hacemos con Hong Kong, se dijo que este era un foro de los líderes económicos, no políticos, pero claro, que vaya el presidente chino o el de Estados Unidos o el de cualquiera de los otros, es un detalle, pero eso me evita tener que lidiar con Taiwán, desde el punto de vista chino, en circunstancias que, es cierto, que Estados Unidos y China, cuando restablecen relaciones en el histórico viaje de Kissinger y después Nixon, este tema no fue tema de discordia, porque ambos declaran que Taiwán es parte de China y es la tesis que en ese instante también tiene Taiwán.
Sin embargo, dejemos y digamos dos palabras breves sobre este foro. APEC es, hasta donde yo entiendo, el único foro donde los líderes están solos y discuten solos, y como dijo cuando se hizo APEC en Los Cabos, un primer ministro dijo: y acá estamos no para leer papeles que preparan los burócratas; aquí estamos para hablar de los problemas reales que tenemos, porque un par de líderes anteriores habían leído algunos papeles.
Junto a ello, empieza a emerger, sin embargo, en ese contexto global de APEC, en donde están las economías de los países del Pacífico, de ambos lados del Pacífico, empieza a emerger primero la Unión de Países del Sudeste Asiático, el ASEAN, y el ASEAN es percibida por Estados Unidos como un entendimiento político similar a la OTAN.
Sin embargo, después evoluciona a temas de carácter económico y es cuando China, en un movimiento rápido, dice: “¿Qué tal si hacemos ASEAN + 1?” y es China de seguro.
Después China busca hacer un Acuerdo de Libre Comercio con Japón y con Corea y dice: “¿Y qué tal si ahora, entonces, es ASEAN + 3?” y lo que era el ASEAN, entidad más bien político-militar con la cual Estados Unidos conversaba, repentinamente ASEAN + 3 es otra cosa.
Cuando se hace ASEAN + 1 y ASEAN + 2, Australia y Nueva Zelanda dicen: “¡Oigan, yo también pertenezco al Asia!” y de una manera elegante le dicen: “Perdón, es otro continente Australia y Nueva Zelanda” e informalmente le explican que son más bien occidentales y este es un tema asiático.
Ahí surge la idea de esta Alianza Transpacífica que -quiero decir- fue algo muy modesto que ocurrió entre Chile y Nueva Zelanda para hacer un Acuerdo de Libre Comercio.
Después Singapur dijo “yo puedo participar de aquello” y como Singapur son servicios y cosas así dijimos que sí; después Brunei dijo “¡yo también quiero!” y surgió entonces este Acuerdo de estos cuatro pequeñísimos países: Nueva Zelanda, Chile, Singapur y Brunei.
Es ahí cuando ahora Estados Unidos entiende que puede haber un Acuerdo Transpacífico con Australia, con Estados Unidos; se ha invitado a México y eso empieza a tomar otras características.
Hace un mes me tocó estar en Tahití por razones de trabajo, aunque no lo crean; ahí había una reunión de los pequeños Estados isleños de la Polinesia y la Macronesia.
Ahí entonces les pregunté: “¿Y ustedes dónde van a estar: En el Transpacific Partnership que ahora encabeza el Presidente Obama o van a estar en el ASEAN + 3?”
¿Por qué digo esto?
Porque aquí creo que hay un tema de largo plazo, un tema que tiene que ver con cómo se va a hacer el arreglo.
¿Va a ser sólo un entendimiento del G-2 Estados Unidos-China o se va a hacer este debate en la Cuenca?
Aquí entonces, excúsenme, pero pregunto qué entendemos por Cuenca del Pacífico.
¿Sólo los Estados ribereños o la Cuenca es algo más amplio y son los espacios y territorios, independientemente de que sean o no Estados ribereños?
Tratando de ver qué podía comentarles a ustedes sobre qué significa China hoy, Atlántico-Pacífico, me acordé del librito que acaba de publicar Henry Kissinger sobre China.
Ahí Kissinger hace un planteamiento muy interesante hacia el final, en donde para ver el futuro de Estados Unidos, China no encuentra nada mejor que recurrir a un oscuro memorándum de la Cancillería Inglesa de 1º de enero de 1907, escrito por un señor -Eyre Crowe- que era hijo de un diplomático inglés nacido en Alemania, educado durante 16 años en Alemania porque su madre es alemana, pero que deviene en un lúcido intérprete de las necesidades del imperio británico y del Foreign Office en aquellos años.
En este memorándum del 1º de enero -parece que no trabajaban, no tenían feriados en esos tiempos- de 1907, Crowe sostiene que va a haber un conflicto claro e inevitable entre Alemania e Inglaterra, porque la decisión alemana de tener una armada tan poderosa como la que ellos pudieran tener y que pretende desafiar la supremacía naval del imperio británico, esto hace inevitable por sí sólo el conflicto, no importa cuáles sean los esfuerzos que haga el Rey de Inglaterra o el amigo emperador de Alemania.
Y luego dice, en consecuencia: “No hay espacio para la diplomacia”. Siete años después da la impresión que el señor Crowe tenía razón, comenzaba la Primera Guerra.
Kissinger entonces, usando este memorándum, dice: “¿Habrá algún Crowe que esté escribiendo ahora algo parecido en Estados Unidos o en China?” Y, por cierto, lo encontró en China, el Coronel Liu Mingfu, en un libro que está publicado en inglés con el nombre: “El Sueño Chino”, “China Dream”, sostiene que es inevitable el conflicto y hay que prepararse para ello.
Por su parte, Kissinger dice: “Los neoconservadores partidarios del cambio de régimen también piensan que el conflicto es inevitable”.
Y el conflicto es inevitable entonces, ¿cómo comienza? Porque la potencia que ve, que va disminuyendo su poderío, entiende que ahora es cuando tiene que ser capaz de imponerse e impedir que lo alcance o hay que, por parte del otro, hacerlo de una manera tan delicada que lo haga imposible, que no haya pretextos, hasta que sea el número uno y entonces pueda mostrar la musculatura.
Kissinger entonces plantea que la solución, dice: “Mirando lo que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, en donde salió la Alianza del Atlántico Norte, la solución ahora es la Alianza del Pacífico”.
La “Alianza del Pacífico” tiene que buscar cuáles son aquellos elementos que nos permitan potenciarnos y la verdadera competencia no será con hard power, el poder duro, las armas, sino que será el poder blando.
En una frase que le escuché una vez decir a Clinton: “Estados Unidos tiene que demostrar su fuerza no por el ejemplo de nuestro poderío, sino por el poder de nuestro ejemplo, que es distinto”.
En consecuencia, dice: “Se va a competir por cuál tiene las mejores instituciones, por cuál tiene la mejor sociedad, por cuál tiene los mejores grados de libertad”.
Y busca entonces Kissinger algunos elementos de coincidencia.
Diría que hoy usted habla con la dirigencia China y habla de que ellos están creando una sociedad armoniosa. En Occidente dirían que estamos creando una sociedad inclusiva, no estado de bienestar, porque ahora en Europa ya no está muy bien vista esta palabra, pero sí al menos una sociedad de garantías en que todos sean partícipes.
Basado en el ejemplo del Atlántico Norte, el Atlántico Norte, si ustedes los piensan bien, es la OTAN, y la OTAN no hay que ser rivereño del Atlántico para estar ahí, que yo sepa, Italia no está en el Atlántico y que yo sepa, Polonia tampoco, y que yo sepa, Turquía tampoco.
¿Por qué lo digo?
Porque Kissinger en su trabajo, no obstante que señala a la OTAN como ejemplo, dice: Sí. Pero para evitar el conflicto entre estos dos estados, es bueno que haya algunos estados que sean invitados también a participar.
Y aquí es muy interesante, porque los estados que invita Kissinger, es Vietnam, los estados que invita Kissinger, es además de Vietnam, Tailandia, Singapur, Japón, Corea. Y cuando llegué a esta parte de su trabajo, de su libro, dije: ¿Pero por qué son esos los que van a participar en esta cuenca y en esta panacea, y en qué medidas a sociedad real de largo alcance no tiene que tener un lugar importante, también América Latina y también los que son rivereños como Australia y Nueva Zelanda?
Y cada uno de ellos sí da con lo que son nuestros valores de la civilización que tenemos. Y si lo hacemos en un sentido territorial amplio, entonces supongo yo que también por el norte del Asia, bien al norte existe un puerto llamado “Vladivostok”, está Rusia y al otro lado, América Latina, no solamente son los países que miran al Pacífico, América Latina como región es todo y dónde están entonces Brasil y dónde está Argentina, dónde está Venezuela, etcétera.
¿Qué estoy diciendo con esto?
Si queremos pensar que el Pacífico será la gran cuenca del siglo XXI, que la historia de la humanidad está siempre construida en torno a un MareNostrum, que muchos años fue el Mediterráneo.
Entonces, claro, ese famoso texto hermoso de historia del Mediterráneo en la época de Felipe II, cuando Felipe II sí es el número uno del mundo, y habla del Mediterráneo, y cómo Felipe II está en el Mediterráneo.
Y después el Mediterráneo, después de la Segunda Guerra Mundial es el Atlántico Norte, y el grueso del comercio mundial es el grueso del comercio entre Estados Unidos y Europa y yo soy de Atlántico Norte.
Y ahora, más del 50 por ciento del comercio mundial está en la Cuenca del Pacífico, y a este ritmo el 75 por ciento del comercio va a ser en la Cuenca del Pacífico.
Y entonces ahí creo que hay un tema que es central, porque Europa, los países que miran al Atlántico a través del hemisferio americano de Canadá al extremo sur con Chile y Argentina, o si ustedes quieren, América Latina, va a ser parte de esa gran empresa.
Y creo que la única forma de entender el rol de cómo nos enfrentamos, cómo somos capaces de asociarnos con lo que está emergiendo en China, es tener una capacidad de comprensión en donde si después de tantos siglos viviendo sobre el planeta podremos entender que el tema de los imperios que suben y bajan es un tema permanente porque la historia nunca concluye, no existe el fin de la historia.
Lo que sí sabemos claramente ahora es que el grueso del comercio, de las transacciones, del mundo global, van a ser los países en torno a la Cuenca del Pacífico.
Pero llegan ahí con el peso de lo que es la evolución que cada uno de estas regiones ha tenido.
¿Y en qué medida entonces este hemisferio americano son en definitiva los valores, las visiones, la filosofía y “occidente”?
¿Y en qué medida entonces occidente todo es que a través de este hemisferio va a participar de la Cuenca del Pacífico en donde está el mundo asiático, con todo lo que eso significa, en valores?
Y si eso es así entonces, la gran pregunta es: ¿Cómo vamos a ser capaces de configurar esta sociedad en común?
¿Y cómo vamos a ser capaces entonces de entender también que hay dos formas distintas de mirar el mundo?
Porque cuando China dice: “Me preparo para asumir el espacio que me correspondió durante mil 800 años”, uno entiende entonces cuando le preguntaron a Chu En-Lai: ¿Qué opina usted de la Revolución Francesa? y la famosa frase de Chu En-Lai: Es un fenómeno demasiado reciente para tener opiniones definidas.
Claro, 200 años es algo demasiado reciente para tener opiniones, pero permítanme que al término de estos 200 años yo voy a volver a ser el número uno.
Y nosotros llegamos a esta discusión convencidos que 500 años, por Dios, venimos de tener el encuentro de dos culturas con los 500 años en 1992 y todo el debate que se produjo.
Y nos encontramos con que tenemos que tener una capacidad de entender que por primera vez en este mundo que, como aquí se recordaba en la mañana por Julio María Sanguinetti, cada vez más global, y los desafíos de la globalización, lo que quisiera decir es que los desafíos de la globalización más allá de las crisis económicas, más allá de la Ronda de Doha y qué es lo que pasa con el comercio, más allá de aquellos temas que son los que día a día demandan nuestra atención; claro, alguien podrá decir: “No me hable de crisis económicas, si eso desde que existen banqueros existen crisis económicas. De manera que eso no es nada nuevo”.
Y banqueros existen desde que se aprende a comerciar y dejamos el trueque por la moneda. Entonces, no es nada nuevo.
Si eso es así, el tema de fondo es cómo nos preparamos en este lado del mundo para tratar de comprender la filosofía, la perspectiva, la perspectiva histórica, el concepto tiempo que es tan distinto allá que acá.
No obstante que tengo que reconocer que algunos países acá están más preparados que otros.
Cuando ustedes, mexicanos, se enorgullecen de la cultura prehispánica y con mucha razón, bueno, a lo mejor están en condiciones de poder competir con los Guerreros de Xian, orgullo de 2 mil 200 años de civilización China.
Y cuando usted va a ver a los Guerreros de Xian y ve un montículo y dice: ¿Ahí qué es lo que hay? Ah, no; ahí está enterrado el Emperador.
¿Y por qué no lo han abierto? Ah, es que todavía no tenemos la tecnología adecuada, porque usted ve todos estos guerreros eran policromados, tenían bellos colores, pero al sacar la tierra que los cubre se lleva parte de la pintura; pero en dos o tres generaciones más, tal vez cuatro, vamos a aprender a poder desprender la tierra y preservar la pintura. Cuando descubramos eso, entonces vamos a ir a descubrir y ver cómo está el emperador enterrado. Otro concepto. Por lo menos en mi país estaríamos desbaratando todo inmediatamente.
¿Qué quiero decir? China nos plantea un desafío en que lo podemos medir en términos económicos, comerciales; el desafío de cuántos empleos crean o no los crean; pero creo que a la larga nos plantea un desafío de mucho más largo plazo.
¿Cómo nos preparamos para entendernos en donde no nos cuesta nada hacerlo, para discutir la Ronda de Doha o la nueva arquitectura financiera internacional, pero donde nos es infinitamente más complejo entender que tenemos que llegar a una comprensión con un mundo cuya filosofía es tan distinta de la nuestra.
A lo mejor, así como ellos vuelven a Confucio, nosotros debemos volver a los nuestros y, finalmente, Sócrates y
Confucio se puedan entender.
Muchas gracias.
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